En la isla de Creta se encuentra este olivo que, según los entendidos, es el más viejo del mundo. Su edad la estiman entre 2.000 y 4.000 años. Debates más, debates menos, los cretenses le tienen cariño como a un sabio y generoso abuelo.
En la biblia, hay muchas parábolas y capítulos donde se compara al ser humano con los árboles y el universo agrario. "Por sus frutos los conoceréis" (Mateo 7:15) es una de las más difundidas. Contiene la evidente verdad sobre la apariencia (o imagen proyectada a los demás) y la realidad reflejada en los frutos. Así, aunque una persona crea haber comprado una casa con un manzano en el jardín, la hora de la verdad le llegará cuando el árbol de frutos. Tarde o temprano, las apariencias, esa primera impresión que damos, se caerá a través de nuestras palabras y acciones.
Belleza de la edad
Otra enseñanza de este olivo es la belleza del paso del tiempo. Nada más temido que envejecer, acercarse a la muerte, sin embargo, los artistas van a pintar o fotografiar a los viejos olivos por la estética presentación de su tronco. No son lisos como los jóvenes, pero tienen una belleza especial. Además, el conocer que ha sobrevivido a imperios, viejas culturas, guerras e incendios le otorga un valor incalculable.
Algún día, este guerrero verde morirá, cada una de sus células lo sabe, pero acepta la condición de que todo ser vivo, por larga que sea su estadía en el Tierra, debe volver al polvo.
Respeto y conservación
Otro mensaje es el respeto que le debemos a la naturaleza y a los seres vivos en general. Combinar desarrollo urbano con zonas verdes, bosques con agricultura, reforestar, crear tecnologías que ayuden a aprovechar el agua, las semillas para las futuras generaciones.
Lamentablemente, se está poniendo de moda el destruir patrimonio cultural o natural, ya sea por codicia o por protestas de todo tipo. Hay activistas que ya están considerando lógico destruir obras de arte, quemar sus escuelas, matar animales o bosques para conseguir llegar al poder, presionar al gobierno o simplemente, por imponer su modo de pensar.
Sobrevivir
¡Qué hermosa lección de sobrevivencia nos da este olivo! Incapaz de moverse, ha podido sortear obstáculos, tormentas, dramas humanos y naturales. Sin duda, sus raíces son profundas y bien asentadas en la tierra, mientras que sus ramas escarban el cielo en constante trascendencia. Y aun así, tiene la generosidad de regalar sus frutos con sabor a miles de años.